lunes, 3 de noviembre de 2008

Algunos trastornos de la edad y MUERTE

Como se menciono anteriormente, la edad incrementa la probalibilidad de padecer algunas enferemdades típicas de la edad adulta o vejez, algunas de las mas comunes son:
  • Enfermedades del corazón. Hipertensión: Actualmente existen alrededor de 10 millones de pacientes diagnosticados con esta enfermedad, en México. Y se considera que al llegar a los 50 años cerca de la mitad de la población presenta hipertensión arterial.
  • Cáncer. Los tumores malignos ocupan una de las principales causas de muerte entre la población mexicana, y cada vez se incrementan más estas cifras, y lo que es mas alarmante a edades cada vez más tempranas. Los principales tipos de cáncer son; 12% tumores del pulmón, 10% tumores del estómago y 9% a tumores del cuello uterino. Cerca del 45% de los casos diagnosticados de cáncer se realizan durante la edad productiva de las personas y postproductiva (posterior a los 65 años). Siendo los diagnosticos más comunes, tumores en; pulmón, estómago, próstata y cólon.
  • Enfermedades respiratorias. Neumonía: patología pulmonar que es conocida también como pulmonía. Es una infección producida en los pulmones causada por distintos microrganismos. Pueden ser causadas por bacterias, virus y hongos. Representa una de las principales causas de muerte en México en los niños y los adultos mayores por ser los estratos de la población más vulnerables a este tipo de infecciones
  • Diabetes. Existen alrededor de 4 millones de pacientes con este mal y el 50% de los pacientes tiene una edad entre 35 y 60 años
  • Enfermedades cerebrovasculares. Alzheimer: Es una de las enfermedades terminales más comunes y temidas entre los ancianos. De manera gradual despoja a los pacientes de su inteligencia, conciencia e incluso de la capacidad para controlar sus funciones corporales, y por último los mata. En los cerebros de pacientes con Alzheimer se observan cantidades excesivas de nudos neurofibrilares (masas enrolladas de fibras colapsadas de proteínas) y grandes trozos de placa amiloide (tejido no funcional formado en los espacios entre neuronas). Es una enfermedad heredtaria. No se ha encontrado una cura, pero el diagnóstico y el tratamiento tempranos hacen más lento el progeso de la enfermedad y mejoran la calidad de vida.
  • Cirrosis. Desde hace una décadas la cirrosis hepática se a convertido en una de las principales causas de muerte, en el sexo masculino representa la cuarta causa de muerte en pacientes con edades entre 25 y 64 años

Cuando pensé que estaba aprendiendo a vivir, estaba aprendiendo a morir…


Los seres humanos son individuos que atraviesan experiencias diferentes y reaccionan ante éstas de maneras diferentes. Sin embargo, una parte inevitable de la vida de todos es su fin. Cuando mejor comprendamos este evento inevitable y cuanto más tranquilos nos aproximemos a él, viviremos con más plenitud hasta cuando llegue…
Aunque la muerte es un hecho biológico, también tiene aspectos sociales, culturales, históricos, religiosos, jurídicos, psicológicos, del desarrollo, médicos y éticos que, con frecuencia, están estrechamente relacionados. Las costumbres y las actitudes hacia la muerte están determinadas por la época y el lugar en que se vive. La muerte abarca aspectos culturales como los cuidados y el comportamiento frente a los moribundos y los difuntos, el lugar donde ocurre la muerte y las costumbres y los rituales de duelo; desde la vigilia irlandesa donde la noche, en que los amigos y familiares brindan por la memoria de la persona muerta, hasta la shiva judía de toda la semana, en la que los dolientes expresan sus sentimiento y comparten recuerdos del difunto. Algunas convenciones culturales, como izar la bandera a media asta después de la muerte de una figura pública, están establecidas en leyes.
Las actitudes religiosas y culturales hacia la muerte los últimos instantes de la vida afectan aspectos psicológicos y del desarrollo de la muerte; cómo enfrentan las personas de diversas edades su propia muerte y la muerte de las personas cercanas a ellos. La muerte puede tener un sentido para los ancianos budistas japoneses, llenos de enseñanzas sobre aceptar lo inevitable, y otro para la tercera generación de jóvenes estadounidenses con ascendencia japonesa que han crecido con la creencia de gobernar su propio destino.
Aunque la muerte es inevitable, su llegada puede estar, hasta cierto grado, bajo el control humano. Los esfuerzos para posponerla o alejarla tienen consecuencias médicas, legales y éticas. Aunque la muerte se considera la cesación de los procesos corporales, los criterios para certificarla han llegado a ser más complejos debido al desarrollo de aparatos médicos que pueden prolongar los signos vitales básicos. Estos progresos médicos han organizado preguntas como si deben retirarse los soportes vitales o cuándo hacerlo y qué criterio debe prevalecer. En algunos sitios, el reclamo del “derecho a morir” ha originado leyes que permiten o prohíben a los médicos ayudar a morir a un enfermo terminal por que la vida se ha convertido en una carga pesada.


(Cuadernos de Leonardo da Vinci)






Patrones de duelo ante la muerte



Elizabeth Kübler Ross, una importante psiquiatra, luego de evaluar alrededor de 500 pacientes terminales pudo identificar las siguientes tres etapas del duelo, aunque si bien se presentan enlistadas, no quiere decir que así se han de presentar en la realidad, una persona puede pasar de la primera hasta la tercera, puede superar la muerte de manera rápida o bien puede no superar dicha muerte nucna.

Tres etapas de duelo propuestas por Kübler:
1. Choque e incredulidad. Tan pronto como ocurre la muerte, los dolientes se sienten perdidos y confundidos. A medida que se toma conciencia de la perdida, el aturdimiento inicial da paso a sentimientos de tristeza y llanto frecuente. Esta primera etapa puede durar varias semanas, en especial después de una muerte repentina o inesperada.
2. Preocupación por el recuerdo del muerto. En la segunda etapa, la cual puede durar seis meses o más, el doliente intenta aceptar la muerte aunque no puede. Una viuda puede vivir de nuevo la muerte del esposo y toda su relación. De vez en cuando, puede ser asaltada por el sentimiento de que su esposo muerto está presente. Estas experiencias disminuyen con el tiempo, aunque puede retornar (tal vez por muchos años), en ocasiones como el aniversario del matrimonio o de la muerte del esposo.
3. Resolución. La etapa final llega cuando el doliente renueva el interés en las actividades diarias. Los recuerdos del muerto evocan sentimientos de alegría y tristeza. Y no solo de dolor agudo y nostalgia.


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